Náufrago

Marinero de mares en tierra de nadie,
capitán de navío que zozobra a la deriva
con el rumbo de derrota dibujado en la sangre,
con patente de corso para causas perdidas.

 Encallado en la misma escollera de siempre,
capeando las borrascas y galernas de la vida.
Gritando a sotavento que el futuro huele a muerte,
cantando a barlovento canciones suicidas.

 Rema, marinero, rema, y que nada te pare,
que vendrá la calma al alba, tras las tempestades.
Sigue aquel faro que nunca te olvida,
y las estrellas del norte,
hacia otros lugares.

Sin título

Tic. Tac.
Pierdo la noción,

del tiempo,

del momento,

de ser,

de estar.
Los segundos ya no están y los relojes ya no son ni sienten ni padencen y desaparecen en un mundo de pequeños momentos que se esfuman en el parpadeo de los segundos que ya no están en los rejoles que ni son ni sienten ni padecen.

Y se evapora media hora.

Tic. Tac.